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sábado, 24 de noviembre de 2007

No a la violencia contra la mujer

11/23/2007 7:15:02 PM
DENUNCIA MUERTES Y ABUSOS
Red de Acción propone asumir el compromiso de prevenir la violencia contra la mujer

Servicios de Clave Digital

SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La Red de Acción por una Vida sin Violencia (REDAVI) propuso que el sistema de salud, el sistema de justicia, las cámaras legislativas y las comunidades organizadas asuman el compromiso de trabajar para prevenir la violencia de género, que sólo entre enero y septiembre del presente año arrebató la vida a 128 mujeres.

En un manifiesto público, la REDAVI expresa su pesar por las mujeres asesinadas, y por las niñas y niños que han quedado en la orfandad como consecuencia de la violencia ejercida por compañeros y ex parejas de las víctimas.

Asimismo, expresan dolor por más de un centenar de niñas abusadas al interior de sus hogares.

La entidad propone el compromiso con la prevención, teniendo como base el sistema educativo formal y no formal, junto a la participación de las comunidades organizadas y las organizaciones de mujeres, que conduzca a la reducción de situaciones de violencia en los hogares y en las escuelas.

"El compromiso del sistema de salud de estar alerta en la prevención de la violencia, disminuyendo su incidencia y evitando su profundización, como generador de problemas en la salud expresados en la posibilidad de múltiples patologías”, precisa.

Asimismo, reclama el compromiso del sistema de justicia en la sanción a agresores y violadores, rechazando la impunidad.

También hace un llamado al compromiso de las Cámaras Legislativas con el no retroceso frente a la Ley 24-97 y el impulso a la adecuación del marco normativo para asegurar un abordaje integral al problema de la violencia.

A continuación el comunicado:

RED DE ACCION POR UNA VIDA SIN VIOLENCIA

REDAVI

A propósito del 25 de noviembre,

DIA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

MANIFIESTO:

POR LA ERRADICACION DE LA VIOLENCIA BASADA EN GENERO

Tres aspectos del análisis sobre el problema de la violencia contra la mujer en las relaciones de pareja y en los hogares dominicanos, constituyen el objeto de reflexión del conjunto de organizaciones e instituciones que conformamos este espacio de articulación, en esta nueva conmemoración de la lucha de las mujeres del mundo contra la violencia.

1. Un cambio en las raíces culturales de las relaciones de dominación entre hombres y mujeres, como mecanismo para producir una nueva relación entre los géneros sostenible capaz de reducir de manera progresiva la violencia contra las mujeres construyendo al mismo tiempo una nueva masculinidad.

La construcción de los géneros es cambiante, basadas en este enunciado y visibilizando que de acuerdo a la ENDESA 2002, el 24% de las mujeres dominicanas reportaron haber sufrido violencia, además, en un alto porcentaje, las relaciones entre mujeres y hombres son violentas en todos los ámbitos, siendo las mujeres las más afectadas, este proceso ha de sostenerse en el aprendizaje de un nuevo modelo de socialización en el manejo de las relaciones de poder, donde la educación sea orientada hacia la construcción de una cultura de paz.

2. El maltrato físico y emocional, las agresiones sexuales, las violaciones y el feminicidio son las más dramáticas manifestaciones de la violencia contra la mujer, producto de la relación desigual que se manifiesta en la pareja y en los hogares; donde la resolución de conflictos es abordada desde mecanismos violentos y no sostenidos en el respeto, la tolerancia y la libertad. Las agresiones sexuales contra mujeres, niñas y niños alcanzan cifras alarmantes, así como el feminicidio. De acuerdo al Departamento de Estadísticas de la Procuraduría General de la República hasta el 30 de septiembre de este año, 128 mujeres han sido asesinadas en el ámbito de la violencia de género.

3. Las transformaciones sociales que implica la erradicación de la violencia basada en género, reclama de conciencias y voluntades, individuales y colectivas, económicas y políticas, que se concreticen en la manera de relacionarse en los hogares, las escuelas, los centros de trabajo, las organizaciones sociales, los partidos políticos, las iglesias…, teniendo como referente el rol del Estado en su responsabilidad de garantizar el respeto y cumplimiento de los derechos humanos como un medio para alcanzar el bienestar de toda la sociedad.

De ahí que, en la lucha por la erradicación de la violencia contra la mujer, nos permitimos preguntar:

A los hombres y a las mujeres, dentro de sus propios hogares:

¿Cómo están viendo y asumiendo sus roles particulares? ¿Reproduciendo que las mujeres son encargadas de procrear y socializar los niños y las niñas y los hombres de proveer ingresos?

¿Cómo están decidiendo el uso de los recursos que entran en los hogares?

¿Cómo se están distribuyendo los oficios domésticos, y el tiempo de cada persona en relación con sus necesidades individuales y las del grupo familiar?

¿Cómo se decide el número de hijos y de hijas que quieren y pueden tener? ¿Los intereses y la salud de quién se tiene en cuenta en el momento de decidir sobre métodos anticonceptivos?

¿Cómo están considerando las responsabilidades de las y los adolescentes?

A las instituciones públicas y privadas, los partidos políticos y las instancias del Estado en general:

¿Están considerando que los intereses más generales de las personas deben ser los objetivos de su trabajo, y que el propósito de la igualdad -también entre hombres y mujeres- debe ser un resultado de sus políticas y acciones institucionales?

La conjunción de la prevención, la detección oportuna, la adecuada atención y justa sanción, es lo que puede producir los cambios necesarios que nuestro país requiere para la superación de la violencia contra las mujeres.

Esto reclama de un serio y sistemático compromiso de actuación por parte de los poderes públicos.

Significa que el problema no reside solo en mejorar la administración de justicia, condenando agresores, sino de evitar los comportamientos violentos como respuesta a determinadas situaciones.

Significa entender que la mayoría de los casos no representan situaciones aisladas en que se ven envueltas las personas, sino reconocer la existencia de factores individuales, familiares y sociales que intervienen para que se produzca el acto violento, cuyo primer riesgo es ser mujer. .

La respuesta de la sociedad debe ser de transformación en su cultura, aprender nuevas formas de relacionarnos y a lograr que las políticas públicas respondan a las necesidades de enfrenar el problema en sus causas y en sus diferentes manifestaciones.

Un sistema educativo comprometido a educar hacia la promoción de una cultura de paz , promoviendo la prevención de conductas agresivas, una nueva masculinidad, la igualdad de género y los derechos humanos.

Un sistema de salud capaz de detectar la violencia como generadora de problemas de salud de múltiples manifestaciones, en condiciones de diagnosticar, atender y contribuir a la recuperación de las sobrevivientes de violencia de género y rehabilitar a las personas perpetradoras.

Un sistema de justicia que no revictimice sino que garantice un trato justo durante todo el proceso, y que no proteja agresores, sino que de manera ágil y asertiva los sancione y reoriente.

Un sistema policial que asista a las víctimas conociendo y respetando sus derechos y auxilie de manera oportuna al Ministerio Público.

Un sistema de medios de comunicación que no envuelva con calificativos ni justifique, sino que presente las informaciones y se asuma en su rol formativo dentro de un enfoque de derechos humanos y una perspectiva de género.

Esta Red de Acción, integrada por organizaciones e instituciones gubernamentales y no gubernamentales, con motivo del 25 de noviembre, en conmemoración a nuestras heroínas, las Hermanas Mirabal, se presenta ante la sociedad con el siguiente,

MANIFIESTO:

Conscientes de la responsabilidad del Estado de actuar con la debida diligencia para prevenir y atender la violencia hacia las mujeres en cualquiera de sus expresiones, y establecer medidas eficaces para socorrer a las víctimas de este flagelo social,

Conscientes de que la violencia se manifiesta en múltiples dimensiones y que no basta sancionar para enviar un mensaje educativo a las generaciones que hoy son testigos de violencia en sus hogares;

Conscientes de que la conciliación y las formas alternativas que se implementan desde el sector justicia no ponen fin a los múltiples abusos que se registran en el país contra las mujeres y las niñas,

Conscientes de que los recursos destinados a la investigación y al estudio de estos problemas, así como al socorro de las víctimas resultan insuficientes;

Conscientes de que todos los sectores tenemos responsabilidades propias que reclaman de una coordinación certera que considere las causas que generan este problema social estas situaciones y apuntando

En tanto instancias con responsabilidad en la prevención, detección, atención y sanción hacia su erradicación,

Declaramos:

Primero, nuestro pesar por las 128 mujeres que entre enero y septiembre de este año, han sido víctimas de feminicidio, y por las niñas y niños que han quedado en la orfandad como consecuencia de esos hechos propiciados por los compañeros y ex-parejas de las víctimas, y nuestro dolor por más de un centenar de niñas abusadas al interior de sus hogares, violaciones, abusos sexuales y víctimas de incestos, una de las últimas tenía solo cuatro meses de edad;

Segundo, el compromiso con la prevención, teniendo como base el sistema educativo formal y no formal, junto a la participación de las comunidades organizadas y las organizaciones de mujeres, que conduzca a la reducción de situaciones de violencia en los hogares y en las escuelas;

Tercero, el compromiso del sistema de salud de estar alerta en la prevención de la violencia, disminuyendo su incidencia y evitando su profundización, como generador de problemas en la salud expresados en la posibilidad de múltiples patologías

Cuarto, el compromiso del sistema de justicia en la sanción a agresores y violadores, rechazando la impunidad

Quinto, el llamado al compromiso de las Cámaras Legislativas con el NO RETROCESO frente a la Ley 24-97 y el impulso a la adecuación del marco normativo para asegurar un abordaje integral al problema de la violencia

Suscribimos este Manifiesto, en conjunto y con conciencia de las características del problema, que enfrentamos en sus raíces, desde cada instancia en sus diferentes funciones y cada persona desde su ámbito personal y social, comprometidas con la lucha para la erradicación de la violencia contra la mujer.

Suscribe, membresía de la REDAVI:

Secretaría de Estado de la Mujer-SEM
Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia/DINAF, Poder Judicial
Unidad de Atención Integral a la Violencia Intrafamiliar, Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional,
Procuraduría Fiscal de Santo Domingo
Procuraduría Fiscal, Santiago
Dirección Nacional de Atención a Víctimas de la Procuraduría General de la República
Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social-SESPAS, Departamentos de Salud Mental, Centro de Atención a la Mujer Maltratada, y Oficina de Equidad de Género
Secretaría de Estado de Educación-SEE, Oficina de Equidad de Género
Policía Nacional, Dpto. de Asuntos Internos
Centro de Estudios de Género, Universidad INTEC
Profamilia
Núcleo de Apoyo a la Mujer, NAM
Movimiento Vida Sin Violencia -Movida-
Centro de Servicios Legales para la Mujer-CENSEL
Red de Egresados de Diplomado de Violencia del INTEC
Centro de Apoyo Aquelarre, CEAPA
Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas-PACAM
Centro de Planificación y Acción Ecuménica-CEPAE
Fundación Familia Sana
Asociación Tu Mujer
Fundación para la Integración Social y Educativa, FISOE
Centro de Asesoría e Investigación Legal-CEDAIL
Promoción de la Mujer del Sur-PROMUS
Santo Domingo, 21 de noviembre, 2007

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